Un banquete sexual.

Por: Sofía Triviño. Prepárate para disfrutar del mejor banquete de tu vida… Al frente, tienes una mesa larga, decorada con un camino de pequeños adornos que le dan elegancia y sofisticación a la ocasión; el ambiente es perfecto, cálido, tal como te gusta, un aire suave y en el fondo una música tenue, todo está sincronizado.

Lentamente los meseros empiezan a destapar bandejas, ves colores y diferentes texturas, sale una capa blanca con figuras de algunos platos, está caliente, los olores se te entremezclan y puedes identificarlos. Hay cordero, ves como detrás de esa textura crocante y ese color acaramelado, hay un interior jugoso, tierno y delicioso. Se te hace agua la boca.

A tu izquierda todo tipo de guarniciones, complementos para este festín; frutas, ensaladas y aderezos a la derecha, combinaciones de quesos y carnes frías, que aún no logras descifrar, pero sabes que va a ser exquisito, logras ver uno que otro postre y levantas la mirada. A tu derecha, un hombre con una sonrisa dulce desliza la mano con una botella de vino hasta tu copa, el líquido carmesí resbala y burbujea en el recipiente de cristal. Todo está listo. Es perfecto, te sientes a gusto. Pero, no tienes hambre.

Para algunas personas, el sexo se siente como estar en el mejor banquete pero sin apetito, ven todo con agrado, pero no se sienten a gusto, se llama asexualidad y es quizá una de las orientaciones sexuales con más desconocimiento e invisibilización en el mundo, tanto que el 1% de la población mundial es asexual.

Debido a su desinformación existen interpretaciones que hacen que las personas que se identifican se sientan frustrados e incomprendidos. Hay un patrón que como sociedad hemos puesto por años y es que lo desconocido tiene dos variantes, es malo o hay una enfermedad de por medio que debe ser curada a cualquier costo. La asexualidad al contrario de ser una patología, es parte de la preferencia sexual de los individuos, es decir que son aquellas personas con una orientación sexual propia que no experimentan atracción sexual por otras personas y no tienen interés en el sexo.

Los asexuales pueden llegar a enamorase, excitarse y tener una experiencia sexual, en ocasiones pueden tener cierto interés condicionado por el deseo que los llevará a realizar prácticas en solitario o en compañía, muchos llegan a tener sexo sea por curiosidad, un vínculo emocional o por tener un hijo, se enamoran, sienten emociones, se besan, todo depende de lo que quieran.

En ocasiones puede no ver el sexo como algo repugnante, solo que no hay prioridad o necesidad, quieren una relación de pareja pero sin sexo, no tiene un patrón específico, es una experiencia individual con la que se identifican y viven a su manera. Es momento de normalizarla entendiendo que es una orientación sexual que es igual de diversa a la sexualidad humana.