Después de Stonewall, aquí seguimos.

Nueva York. Una redada policial, y un levantamiento que no dio vuelta atrás.

Si me pidieran describir el 28 de junio de 1969, lo describiría como un momento contundente en la sociedad. Me impresiona como un hecho histórico se vuelve una mercantilización, una forma paradójica en que la representación y  la visibilidad que siempre ha exigido el colectivo LGBTIQ+ en la sociedad se vuelve una valla publicitaria.

Los escenarios son importantes, son métodos que le permiten a la comunidad ser más visibles en un mundo donde siempre han sido ignorados, pero, que grandes marcas anuncien su participación dentro de la diversidad con un símbolo pride me parece un método insulso al querer decir que la inclusividad hace parte de su logo corporativo. 

El reconocimiento hoy, como hace 55 años, se efectúa con argumentos tal como lo hicieron travestis, drag queens, gays, transexuales y lesbianas en Stonewall. Es impactante saber que los precursores de lo que hoy se conoce como una de las fiestas más célebres del mundo, gestaron con valentía un precedente en los derechos de las personas LGBTIQ+, es tan real cuando Edmund White ensayista de la época describe “todos están inquietos, enfadados y decididos. Nadie tiene un eslogan, nadie tiene siquiera una intención, pero algo se está gestando” concuerdo con cierta parte, la furia y la rabia eran intensas, los disturbios y enfrentamientos duraron 3 días seguidos, hubo arrestos, transgresiones y abusos que le añaden rabia al colectivo, pero, sí había una intención clara y era la de no volver a esconderse, de ser visibles, de ser nombrados, reconocidos porque eran y son parte intrínseca de la sociedad. Un año después Stonewall se convertiría en símbolo de lucha y Nueva York vería la primera marcha de orgullo. 

Entonces, no es solo una celebración, es una conmemoración de que la lucha por los derechos y la inclusividad no solo es una vana representación multicolor, donde marcas, influencers y demás hacen eco de la inclusividad para con la comunidad.  lo que no saben es que para muchas de las personas que hacen parte, es un espacio seguro, una alianza para ser parte de, es su familia; la exclusión no es ajena a ellos, si le preguntan a una persona que sea gay, transgénero o drag queen las miles de barreras que tienen que pasar, por factores como el de no pertenecer a un canón especifico, no les daría tiempo suficiente de explicarse. 

Y no, no me refiero a la heterosexualidad, me refiero a que dentro del mismo concepto hay unas pautas para ser diverso, existe la noción de que ser gay, es tener una postura femenina, porque este quiere imitar a una mujer y una lesbiana es masculinizada, porque quiere ser hombre. Volvemos a lo mismo, interpretaciones sin coherencia sobre el concepto de lo binario, lo que es femenino y lo masculino, lo del medio son solo tonterías, eso sin mencionar detalladamente la retórica de la bisexualidad, porque es aún más incomprendida y juzgada con vehemencia.

Ahora, y en Colombia ¿cuándo fue? la primera marcha se celebró en 1982 liderada por estudiantes y los fundadores del Movimiento de Liberación Homosexual, León Zuleta y Manuel Velandia va por el mismo orden, exigir sus derechos como personas diversas con consignias como: “Ni delincuentes, ni antisociales, simplemente homosexuales” así mismo poner en contexto la discriminación y represión policial que se presentaba en espacios públicos, a pesar de haber despenalizado la homosexualidad en el código penal. 

Reconocer que las personas son diversas y que la sexualidad es fluida fue el principio, que hacen parte de un ecosistema social y que son parte del núcleo que compone al ser humano y la construcción de este. Es adoptar otras formas de entender la realidad y más la que se estructura desde la heterogeneidad.

Es crucial que se empiecen a gestar espacios de reconocimiento y no solo en el pride, también en esquemas sociales, roles representativos y espacios de voz donde la diversidad pueda ser incluida. Creo que ser reconocidos y nombrados como seres diversos, personas completamente normales es un eje central y es por eso que, después de 55 años aquí sigue una comunidad que se levanta de maneras distintas para enviar un mensaje claro. Después de Stonewall aquí seguimos.