Demasiado para usar lencería.

Por: Sofía Triviño.

Lucir bien se ha convertido en toda una odisea, hacemos listas para hablar desde lo que carecemos: bajar de peso, tener un cuerpo esbelto, tonificado, un cabello con volumen sin canas y friz, una piel de terciopelo sin arrugas o acné, uñas esbeltas, sonrisa dulce y pienso ¿en qué momento dejamos de ser mujeres para ser un checklist con piernas?

He sido testigo de las largas horas que invertimos las mujeres para lucir bien, nuestra poca amabilidad no es solo porque carezcamos de algo puntual, es porque en general el mundo no ha sido amable con nosotras; cada vez que hay una pasarela, un desfile, una promoción de marca, brotan letreros por todas partes de lo que debería ser una mujer y lo que evidentemente no somos, incluso con la tan llamada era de inclusividad.

Hace poco una de las marcas de lencería más famosas del mundo hizo su reaparición en la pasarela después de seis años de inactividad. Victoria’s Secrect y su famoso fashion show, un ejército de glamurosos ángeles con alas de lujo, fue sorprendente el hecho de que mujeres con diferentes tallas, colores y edades desfilaran en una de las pasarelas más complicadas y poco amables con las mujeres, donde los requisitos para ser un ángel eran completamente absurdos desde medidas específicas, hasta dietas exageradas que hacían que los ángeles fueran exclusivos.

Cuando una mujer piensa en lencería lo ve como un lujo donde la belleza y sensualidad son el factor que está lejos de su alcance, sin embargo cuando un hombre ve la lencería  usualmente ven lo que quisieran ver en su pareja, un dato curioso,  el fundador de Victoria´s Secret marca de lencería creo la marca con el propósito de que hombres pudieran elegir prendas de lujo para sus parejas, es por eso que la lencería es un detalle de lujo, delicadeza y seducción, es un arma con diferentes estilos, texturas y detalles que embellecen el cuerpo, pero estamos tan ocupadas cumpliendo un checklist tan absurdo que olvidamos que la verdadera sensualidad proviene de nosotras, no es la edad, no es el cuerpo, no es la piel, somos nosotras y nuestra confianza.

He escuchado mujeres abstenerse de usar lencería porque son demasiado delgadas, gordas, viejas o porque su cuerpo es “imperfecto” bueno pues ni Kate Moss con 50 años o Ashley Graham plus size opinan lo mismo, al contrario las vi increíbles con lencería y desfilando para un mundo exigente, y es aquí donde me quiero centrar, la sensualidad no es de curvas, es de: energía, actitud, expresión y conexión, el cuerpo es lo último en la lista ya que nos encantan tanto las listas.

Ahora, si lo que te preocupa es que un hombre te vea desnuda y se desencante con lo que ve, puedo asegurarte que para ellos tener una mujer desnuda en su cama es ganancia, ¿cuántas veces en las que has podido desnudarte con un caballero, te ha dejado de lado porque eres delgada, gruesa o porque tienes estrías? Te puedo asegurar que ninguna, porque para ellos, no hay nada más hermoso en su universo que verte personificada, sin ropa dispuesta para complacer y ser complacida.

Cuando conectas  con tu cuerpo, voz y mirada, cultivas la seguridad que te permite brillar desde adentro, sintiendo y expresando tu fuerza y belleza, como un verdadero ángel, así qué, nunca es demasiado para usar lencería, es exagerado el tiempo que gastas pensando en no usarla.

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