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¿Nos avergüenza hablar de sexo?

Por Sofía Triviño. 

Usualmente cuando nos dirigimos a un consultorio médico por primera vez sea por la razón que sea, hablamos con naturalidad lo que nos aqueja o preocupa de nuestro bienestar; con calma y seguridad buscamos la palabras correctas para describir la dolencia o lo que sentimos que no está acorde con nuestro cuerpo.

Si hablar del cuerpo humano es tan sencillo, tan nato; por qué hablar de la sexualidad resulta ser tan complejo, porque cuando nombramos que tenemos falta de apetito sexual o que queremos implementar prácticas como el pegging con nuestra pareja es algo bochornoso. Porque tener un vibrador es una aberración y porque si no sentimos placer durante la intimidad sentimos que estamos descompuestos. 

Socialmente se condiciona tanto la sexualidad que se le ha hecho tan mala prensa, que por eso es un tabú. Puede que seamos más abiertos y que ciertos cambios sociales encaminaron a que existiera algún tipo de libertad sexual, es cierto. También que hablamos más frecuente sobre sexo, y que con la era tecnológica aparecieron nuevos términos que hacen que hablemos de: consentimiento, orientación sexual, diversidad sexual, ghosting, sexting, entre otros términos que nos sirven para entender la forma en qué percibimos la sexualidad. 

No podemos decir que hablar de sexo es lo mismo que hace 10 o 20 años, porque sí existen más conversaciones, pero, aún hay brechas que es importante tener en cuenta como que el placer es unidireccional , y me pregunto: ¿qué? 

Empecemos por entender que la sexualidad es diversa, así como la humanidad. El deseo es diferente para hombres y mujeres. Según la científica Rosemary Basson el deseo puede entenderse en dos direcciones: la progresión lineal y la progresión circular. 

En el hombre la respuesta sexual es lineal: comienza por el deseo, la excitación y finaliza con el orgasmo; en mujeres son fases, es decir, un ciclo sexual de manera que no es secuencial e incorporamos componentes físicos y mentales. 

La estimulación empieza arriba. Nuestro primer órgano de excitación es el cerebro, de ahí en adelante todo es correspondiente a nuestros sentidos, hablemoslo como la construcción de una sinergia. Claro, no todas las veces va a ser igual, porque ese es nuestro componente humano, la versatilidad que se genera en la sexualidad. 

Así que, si tienes falta de deseo sexual, no te asustes, no estás descompuesto, hace parte del desarrollo como humanos. Es un proceso y no tiene que ser perfecto e igual siempre. 

Ahora, no quiere decir que no sea un problema o que no haya que acudir a un especialista, porque hay situaciones que lo requieren. Pero, cuando todo está bien, se le atribuye a ansiedad en el desempeño, un término que se presenta para describirlo como: la presión de que todo funcione perfectamente en la intimidad porque amamos a nuestra pareja, porque es mucho tiempo y porque todo debe estar bien, cuando claramente lo que hacemos es disuadir la situación y poner barreras que generan distancia de nosotros mismos y nuestra pareja.

Yo lo tomaría como la oportunidad para reconectar. Es un buen momento para hacer una pausa y conectar con nuestra sexualidad, ahora recordemos que la sexualidad es individual, y que así tengamos pareja, somos seres individuales, aquí hablo de establecer una relación contigo, con tu sexualidad. Es cierto que hay circunstancias que hacen que la intimidad disminuya y es aquí donde afirmo y recalco la importancia de hablar de sexo.

No deberíamos sentir incomodidad por algo que todo el mundo práctica o ha practicado con regularidad. Comunicarnos con nosotros mismos y con el otro sobre lo que queremos o sentimos no solo aplica para las emociones y la resolución de problemas, incluye el decir: siento que hemos cambiado… que tengo que depender de un vibrador para poder llegar, porque no puedo hacerlo contigo.. o que quiero experimentar otras maneras de placer… o que necesito una pausa y saber que es lo que quiero… Conversar, te animo a que lo hagas, a que generes una conversación profunda. La sexualidad no cambia por añadir un juguete, hacer un trío o ir a un bar swinger, cambiamos la sexualidad, cuando nos planteamos la idea de cambiar la manera en que la entendemos.   

Aclaremos, no debería haber o existir vergüenza poder hablar de lo que ocurre con nuestra sexualidad,  como dice Salt- N- Pepa en los 90’S Let´s Talk About Sex baby, Let´s talk about you and me…